Federico Internacional

Dinamarca dio la bienvenida a Federico X como nuevo rey en una ceremonia celebrada en el Parlamento de Copenhague. Miles de personas se reunieron alrededor del complejo de Amalienborg, que alberga los palacios de la familia real, para presenciar directamente la proclamación. El hasta ahora príncipe heredero, de 55 años, sucede a su madre, la reina Margarita II, de 83 años, que permaneció en el trono durante más de cinco décadas. El centro de Copenhague está situado cerca de la zona peatonal de la policía, y las calles de regreso a la ciudad se llenan para presenciar los procedimientos y el primer discurso de Federico de Dinamarca como monarca desde el balcón del Palacio de Christiansborg, que alberga la sede parlamentaria.

Pasadas las 15.00 horas, cuando subió a saludar desde el balcón y hacia la plaza repleta de gente, Federico X, vestido con uniforme de gala, intentó contener las lágrimas. Los acompañó la primera ministra, la socialdemócrata Mette Frederiksen, encargada de certificar su proclamación como rey. Las primeras palabras del nuevo monarca guardaron un recuerdo para su madre, que conserva el título real. “Ella hizo bien en unirse con su rey”, dijo Federico Necesito el apoyo de mi amada esposa, de mi familia, de nuestros invitados y de aquello que es más grande que todos nosotros”, afirmó. Para demostrar que quieres estar a la altura de la confianza que recibes, concluí diciendo que afrontarás el futuro «con la certeza» de que no estás «solo». Poco después descubrió el tema de su reinado, una tradición danesa. Es éste: “Unidos, comprometidos, por el Rey de Dinamarca”. A la ceremonia también asistió su alcalde, el príncipe heredero Christian, de 18 años. Poco antes, una vez firmada la abdicación, Margarita II exclamó «Dios salve al rey» antes de abandonar la reunión del Consejo de Estado, que dejó la confirmación del relevo en manos de los hereditarios. Este ocupó el sitio de su madre en el encuentro entre Margarita II abandonando la habitación, en una imagen captada por las cámaras.

En su discurso ante la ciudad, el primer ministro señaló que ser rey o reina en Dinamarca debe ser “un estudio en un amplio período de más de 1.000 años”. “Despedimos al nuevo jefe del Estado con alegría por nuestra vida y trabajo: es un rey que conocemos y en quien confiamos”, anotó. Con los tres hurras del rigor le deseó larga vida. Posteriormente, se enfrentaron en el balcón a la reina consorte, María, y a los cuatro hijos de la pareja: el príncipe Cristiano y sus hermanos, Isabel (16) y los mellizos Vicente y Josefina (13). Vestida de blanco, la Reina María saludó al público y la multitud se mostró feliz. Los comentaristas daneses especializados en la realidad han calificado de «positivo tener un monarca que no tenga miedo de sus emociones». «También es interesante ver que no sólo es lo real, sino también la familia, lo que aparece ante nosotros», dijo Fie West Madsen, del rotativo. BT. El rey se llevó la mano al corazón para agradecer las muestras de cariño recibidas

La monarquía danesa goza de gran popularidad y, según las encuestas, el 82% de la población cree que Federico tendrá un buen trabajo. La abdicación de Margarita II sorprendió el 31 de diciembre porque ella siempre había dicho que no pensaba en dejar el trono. En un discurso televisado, la reina admitió que el paso del tiempo «deja huella» y consideró vinculado el momento de transición al trono.

Este Domingo, la atención se centró en Federico y su esposa. Los actos de proclamación comenzaron a las 13.35 horas, siguiendo el horario marcado por la Casa Real, cuando la multitud ascendía desde el Palacio de Federico VIII hasta el Palacio de Christiansborg. El príncipe Christian y sus tres hermanos regresaron en otro coche. La primera mansión forma parte del complejo Amalienborg, que se compone de cuatro edificios idénticos orientados a un mismo patio y es la residencia de la familia real danesa. Poco después, la reina Margarita II ascendió desde el palacio de Cristián IX (también en Amalienborg) hacia el Parlamento. Federico y María viajaron en coche con Margarita II en un carruaje y escoltados por una yunta de caballos del Regimiento de Húsares de la Guardia Real.

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A las 14.00 horas comenzó la reunión del Consejo de Estado, mientras Margarita de Dinamarca había registrado su ascenso al trono, mientras el público llenaba la Plaza del Parlamento y coreaba el hombre nacional. Su regreso al palacio de Cristián IX se produjo en un coche entre campanas populares y réplicas de campanas. El carruaje que llegó al Parlamento estaba reservado para el posterior regreso de los nuevos reyes al palacio de Federico VIII. El príncipe Joaquín, hermano menor del nuevo rey, asistió a la recepción organizada entre la abdicación de su madre y la salida al balcón de Federico X, residente en Estados Unidos, pero no acompañó a su novia, la princesa María. Al finalizar la jornada, la bandera real fue ondeada en el palacio de los nuevos soberanos.

La encuesta más reciente, publicada por la agencia de noticias danesa Ritzau, indica que los nuevos reyes representan más del 80% de la población. El 82% de los socios cree que Federico El 86% dice que su esposa María será una buena reina consorte. Nacidos en Australia, la pareja se conoció en 2000 durante los Juegos Olímpicos de Sydney. Llegaron en 2004, unas semanas antes que los actuales reyes de España, Felipe VI y Letizia, que asistieron al concierto en Copenhague.

Con este cambio de corona danesa, las seis monarquías europeas ―España, Bélgica, Países Bajos, Noruega, Suecia, Reino Unido y Dinamarca― tenderán al frente varonés. Para la siguiente generación, sin embargo, surgen cinco reinas: Leonor de España; Isabel de Bélgica; Amalia de Países Bajos; Ingrid Alejandra de Noruega y Victoria de Suecia.

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